Por: Mariana Casasola

Freddie Mercury

Poco antes de su muerte en 1991, Freddie Mercury lanzó The show must go on (El espectáculo debe continuar), un sencillo de Queen compuesto para él por Brian May, que habla sobre un inminente final y lo que está por venir. Un tema que para Mercury tenía un significado mayor a la frase hecha, simplemente porque esa fue su forma de vida.

Así, el espectáculo continuó. Aún en sus últimos días, desgastado por las secuelas de la enfermedad que padecía, el vocalista de Queen seguía componiendo y grabando, obsesionado por sumar a su legado. Cuando por fin una bronconeumonía complicada por el sida se lo llevó a los 45 años, Freddie Mercury ya era mucho más que un popular cantante. Había pasado a la historia y formaba parte de la vida de millones de personas.

Al público que le adoró en vida y que se sigue multiplicando conforme pasan los años, Mercury no lo conquistó a través de los discos o la radio sino a través de su única y entrañable maestría sobre el escenario. Fueron durante esas míticas presentaciones en vivo, entre su increíble voz, extravagante energía y su presencia magnética como Freddie Mercury era capaz de crear un espontáneo juego entre el rey y sus súbditos; entonces detenía el mundo, entonces tocaba la inmortalidad.

A 73 años del nacimiento de esta leyenda moderna, nos propusimos repasar algunas de esas presentaciones que afortunadamente fueron capturadas en video y que hoy nos permiten seguir disfrutando de la estrambótica actuación, la voz que estremece, el ánimo sin fin y el apabullante dominio de un artista con creces considerado el mejor cantante de rock de la historia.


Rainbow Theatre, 1974: Stone Cold Crazy

Quizá en la vida normal se trataba de un hombre reservado. Frente al micrófono y las multitudes, Mercury se convertía en este virtuoso personaje capaz de imponerse a cada uno de los estilos con los que experimentó, ya fuera el rock progresivo, el hard rock, la música disco o el bel canto. En esta presentación en el británico Rainbow Theatre, como lo afirman varios músicos en el libro Long Live Queen, también pudo haber ayudado a crear el futuro thrash metal. Para prueba, esta canción que más tarde fue interpretada por Metallica.



Múnich, 1979: Now I’m Here

Al vocalista de Queen le encantaba involucrar a su público por masivo que éste fuera, disfrutaba llamarle para que le respondiera a todo pulmón. El resultado era una energía inmensa y obviamente muy divertida. Una de las primeras ocasiones en que Mercury improvisó con este tipo de interacciones con la audiencia fue a la mitad de este concierto en Alemania.



São Paulo, 1981: Love of my life

Cuando apareció por primera vez esta canción que Mercury dedicó a su pareja y amiga de toda la vida, Mary Austin, en el disco Night at the Opera, se trataba de una balada complejamente arreglada con todo y harpa. Pero rápidamente se convirtió en una de las favoritas durante las presentaciones en vivo de Queen en una versión más sencilla, tan sólo con la voz de Freddie acompañado de Brian May en la guitarra, una canción que el público adoraba cantar y de repente relevar en la voz a un espectacular coro. Mientras tanto, Mercury podía llevar una playera sin mangas con el logo de Superman sobre unos pantalones rojos metálicos, y aún así conseguir una interpretación conmovedora.



Río de Janeiro, 1985: We Will Rock You

¿Hay una mejor canción para interpretarse en vivo frente a 130 mil personas? Lo que hizo Mercury en esta inauguración del mítico Festival Rock in Rio fue hacer gala nuevamente de su estrambótica energía sin importarle en lo más mínimo cualquier opinión. Como siempre, se dejó llevar por la teatralidad, portando grandiosa peluca, para armar junto a sus compañeros uno de los mayores espectáculos del mundo.



Houston, 1977: Bohemian Rhapsody

Este concierto es considerado, junto al mítico Live Aid, de las mejores presentaciones en vivo que dio Freddie Mercury. Se sigue valorando por la calidad de audio que se tiene de sus registros, pues están tan cerca de la grabación de estudio que la voz del cantante parece vibrar clara y próxima. Por otro lado, la originalidad del espectáculo simplemente contagia, pero basta con observar cómo Mercury sostiene y golpea cada nota alta de esta canción que seguramente es la más icónica de Queen.



Wembley, 1986: simplemente Freddie

Para cerrar este repaso no mencionamos una canción, sino una simple improvisación vocal que se le ocurrió a Mercury durante el más emblemático de los conciertos que dio junto a Queen. Le bastaron dos minutos y unas vocalizaciones para legar uno de los momentos más importantes en la historia de la música y la cultura popular —y se nota que él esta consciente de estar creando algo único—. Hoy aquella aparentemente simple improvisación condensa esa capacidad que pocos cantantes de rock, o de cualquier otro estilo musical, tienen para involucrar a su público como lo hacía Freddie Mercury. A mitad de camino entre la verbena de pueblo y la ópera, él entona y el repleto estadio de Wembley con sus 70 mil almas responde dejándose llevar por la euforia. Al final, Freddie Mercury, encantador y descarado, les replica un “Fuck you” y termina por ganarlos para siempre, como a todos los que no tuvimos la fortuna de verlo en vivo.