Por: Amelia Orozco

Un amor, un corazón: Bob Marley

Hubo una vez un hombre que propagó la paz a través del reggae…

Era el año 1978, Kingston sufría una oleada de violencia causada por una rivalidad entre el Partido Nacional Popular y el Partido Laborista de Jamaica, ambos bandos se enfrentaban continuamente; balas, civiles muertos y miedo, eran el alimento diario de la ciudad. Cuando parecían perder la fe, cantó una esperanza, ¿su nombre? Bob Marley.

Hombre mitad negro, mitad blanco, sus cabellos coronaban sus ideas, su sonrisa daba confianza; era el héroe que por fin traería la paz a Jamaica. Él pisaría la nación y su música sanaría los corazones.

Pero ¿cuál era su poder?, ¿por qué él y no alguien más? El pueblo lo sabía, Bob Marley había crecido en esas tierras, había carecido como todos ahí, vivió la violencia del barrio e hizo amistad con los conservadores y los socialistas. Entre humo, poesía y religión, logró construir un imperio, un poderío de credibilidad, de liderazgo, de amor y libertad. Era él quien podría hacer la diferencia, él sabía que el espíritu nos hace iguales y la carne nos hace el demonio.

En el mismo año se organizó un concierto, el Estadio Nacional de Kingston estaba repleto de gente, una vez más Bob Marley y The Wailers subían al escenario, todos bailaban a un solo ritmo, todos movían sus cuerpos y sus conciencias. Acabar con la violencia era el mensaje principal de la música.

Sonó Jammin, la melodía no solo hacía vibrar las bocinas, resonaba en el alma de los asistentes, entonces Bob Marley alzó la voz, dio un mensaje, pidió a los líderes de los partidos rivales subieran al escenario, ahí se estrecharon las manos, la felicidad y la tranquilidad volvía a la ciudad. Bob lo había hecho, había traído la paz.

Está historia, solo fue un capítulo en la vida de Robert Nesta Marley, el rastaman que nunca perdió la esperanza de acabar con la guerra y llenar al mundo de amor con el poder del reggae.

¿Alguna vez has tenido la sensación de que la música que escuchas describe lo que eres? Probablemente ése era el objetivo de Bob Marley, reflejarse en las inquietudes del otro, en las emociones que nos hacen humanos, unir corazones, romper fronteras y fortalecer vínculos. Pero las palabras no alcanzan para describir las sensaciones que causa su canto. Para sentirlo, hay que escucharlo:


Jammin

“Para que todo se haga realidad tenemos que estar juntos”





One love

“Me gustaría ver a la humanidad viviendo juntos; negros, blancos, chinos, todo el mundo”





Roots, Rock, Reggae

“Dirán que soy un iluso, pero mi música es para siempre”





Could You Be Love

“El amor nunca nos deja solos”