Por: Everth Bolaños

Poesía no eres tú

Porque si tú existieras tendría que existir yo también. Y eso es mentira.

Rosario Castellanos

Hablar de poesía es hablar de una de las formas de expresión más puras que ha tenido el ser humano a lo largo del tiempo y es que, aunque puedas creer que la “escritura estética” tendrá unos cuantos siglos de existencia, la verdad es que es mucho más antigua de lo que piensas, ya que existen pruebas que indican que 2500 a.C. ya había textos en forma de poemas realizados en Egipto. Posteriormente, los griegos y romanos tuvieron destacados escritores dentro de este género como Homero o Virgilio.

Dentro del mundo contemporáneo, la UNESCO declaró en 1999 que el día 21 de marzo sería conmemorado como el Día mundial de la poesía, con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y dar la oportunidad a las lenguas amenazadas de ser un vehículo de comunicación artística. Y vaya que es importante sacar, de vez en cuando, nuestro lado más cursi o reflexivo.

Debido a lo anterior, hemos decidido recordar a tres grandes de la poesía mexicana, quienes, además, cumplirían años en este mes. Estamos hablando de Xavier Villaurrutia, Octavio Paz y Jaime Sabines.


Xavier Villaurrutia

El poeta de la soledad nació el 27 de marzo de 1903 en la Ciudad de México y a pesar de su corta existencia (falleció a los 47 años), consiguió convertirse en uno de los literatos más importantes que ha dado México. Sin embargo, fue mucho más que poeta y creador de sus célebres Nocturnos, ya que fue traductor, crítico, escribió una ópera, así como algunos guiones de cine entre ellos Vámonos con Pancho Villa (1935) y El monje blanco (1945). Villaurrutia fue el creador de su propio mundo, uno en el que habitaban fantasmas y sonoridades que intentó traducir a través de palabras en sus poemas, de ahí la cadencia de sus versos y la repetición de fonemas de los mismos.

Nocturno miedo [Fragmento]
Entonces, con el paso de un dormido despierto,
sin rumbo y sin objeto nos echamos a andar.
La noche vierte sobre nosotros su misterio,
y algo nos dice que morir es despertar.

¿Y quién entre las sombras de una calle desierta,
en el muro, lívido espejo de soledad,
no se ha visto pasar o venir a su encuentro
y no ha sentido miedo, angustia, duda mortal?

El miedo de no ser sino un cuerpo vacío
que alguien, yo mismo o cualquier otro, puede ocupar
y la angustia de verse fuera de sí viviendo
y la duda de ser o no ser realidad.


Octavio Paz

Premio Nobel de Literatura (1990) y uno de los autores mexicanos más importantes del siglo XX, Octavio Paz nació en la Ciudad de México el 31 de marzo de 1914. Su abuelo fue un soldado porfirista y su padre un abogado que apoyó la causa zapatista, por lo que no nos sorprende la carga política y social que hay en su obra, así como su incursión en la política y la diplomacia.

Paz fue un hombre que estuvo constantemente renovándose y buscando nuevos caminos para la escritura. En sus inicios, tuvo que enfrentarse a la disyuntiva entre seguir a aquellos clásicos a quienes admiraba (y conocía) como Xavier Villaurrutia, Jorge Cuesta o Salvador Novo y formular una poética que viera hacia el futuro en la que se podía combinar la consciencia social y la estética. De ahí el famoso título El arco y la lira, libro que fue catalogado por Julio Cortázar como “el mejor ensayo sobre poética escrito en América”. Otra de sus obras maestras es el poema de 584 endecasílabos (en representación de los años del calendario azteca) Piedra de sol, del cual te dejamos un fragmento.

Piedra de sol

Amar es combatir, si dos se besan
el mundo cambia, encarnan los deseos,
el pensamiento encarna, brotan las alas
en las espaldas del esclavo, el mundo
es real y tangible, el vino es vino,
el pan vuelve a saber, el agua es agua,
amar es combatir, es abrir puertas,
dejar de ser fantasma con un número
a perpetua cadena condenado
por un amo sin rostro;
el mundo cambia
si dos se miran y se reconocen,
amar es desnudarse de los nombres


Jaime Sabines

Sin duda, mi poeta favorito desde que escuché por primera vez La luna, y cómo no, si con su sencillez de lenguaje, además de la crudeza de sus palabras, convierte a cada verso en un festín de emociones.

Sabines fue un poeta y político chiapaneco nacido el 25 de marzo de 1926, ganador del Premio Xavier Villaurrutia y de quien Octavio Paz llegó a decir que “su humor es un chaparrón de bofetadas, su risa culmina en un aullido, su cólera es acelerada y su ternura colérica”. Si bien inició sus estudios en Medicina, pronto se daría cuenta de que la literatura era su pasión, por lo que se inscribió a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, lugar donde tuvo como compañeros a otros grandes como Emilio Carballido y Rosario Castellanos.

Espero curarme de ti [fragmento]

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.