Cine para los Grinch
Por: Mariana Casasola
Los regalos y las luces de colores; las fiestas y adornos por todos lados; los intercambios familiares y en la oficina; abrazos y buenos deseos en tantos lugares. La temporada navideña llega y no se puede ignorar, no importa a dónde vayas.
Su estética colorida y festiva te inunda. Se ve en la televisión, se escucha en la radio, se compra en la ropa y cualquier otro producto imaginable. Y, por supuesto, se ensalza especialmente en el cine. La lista de películas sobre el “espíritu navideño” contiene ejemplos por centenas, sobre todo cuando provienen de Hollywood. Cada año, en las carteleras de los cines no falta una cinta navideña de comedia, romance o dulce drama desde el primer día de diciembre.
Pero entre esta devoción a la navidad y al optimismo que trae consigo, se cuentan algunas películas que no muestran historias tan alegres o siquiera esperanzadoras. Películas que se atreven a apelar al vacío, apatía y soledad que suelen acosar a tantas personas en todo el mundo, especialmente en fechas como ésta, donde la norma que se muestra es la compañía, la familia y la felicidad.
Este top cine está dedicado a aquéllas visiones que desde el cine muestran una perspectiva más amplia, cruda, y a veces retorcida de la navidad. ¿Felices fiestas?
Para Shane Black, director de esta comedia negra protagonizada por Val Kilmer y Robert Downey Jr., no se trató de la primera vez que se volcaba en una historia navideña inusual. Éste fue su debut en la dirección, pero ya había escrito las clásicas palomeras Arma mortal (1987) y El último boy scout (1991).
Esta sátira sobre el cine policíaco y de detectives, narra la historia de un ladrón de poca monta (Downey Jr.) que por accidente acaba haciendo una prueba como actor en una película de detectives. Luego, él y su peculiar “asesor de actuación” (Kilmer) se verán envueltos en un turbio caso que implica asesinatos y otras complicaciones. Todo este enredo desarrollado durante una víspera de navidad que le da la carga de ironía tan divertida a esta cinta.
No hay nada más anticlimático en la época navideña que la gris rutina de la vida de oficina (¡Que vivan los Godínez!). El gran Billy Wilder sabía eso, incluso desde los años 60 cuando realizó esta película sobre la melancolía de C.C. Baxter, un simple oficinista sin nada más en la vida que su trabajo, incluso en Nochebuena. Cuando Baxter intenta hacer méritos con su jefe prestándole su departamento para las citas clandestinas con su amante, se desatará una comedia negra de enredos, desilusiones amorosas e inevitable soledad. Aunque no todo es desencanto en esta cinta protagonizada por los grandes Jack Lemmon y Shirley MacLaine, sí se muestra un lado más crudo del impacto de estas fechas sobre aquéllos que no tienen una idílica vida familiar, ¿casi todos?
Pareciera que el director Terry Gilliam sacó ésta, su primera distopía social, de la mente del mismísimo Orwell, pues este filme sucede en un futuro nada lejano en cual las personas son presas del capitalismo más extremo y del consumismo más voraz, sofocados por un gobierno autoritario —¿algo suena familiar?— Así, en plena época navideña, esta historia sigue a un burócrata cualquiera que se ve accidentalmente involucrado con un superhéroe clandestino y una misteriosa y guapa mujer, al mismo tiempo en que se convierte en la trágica víctima de sus propias ilusiones románticas. Nunca la navidad fue tan perturbadora.
La película por excelencia acerca del negro significado que puede tener la Navidad en la vida de las personas es ésta, la obra maestra de Orson Wells. Cuando a Charles Foster Kane, el protagonista, le es arrebatado el símbolo de la felicidad que vivió en su niñez, una que jamás volvería experimentar, se determinó también el curso de su vida, de su gran fortuna e imperio de las comunicaciones, pero también del desastre de su vida personal. ¿Adivinan en qué fecha perdió él su infancia y la esperanza de un futuro pleno?
Por último, no podía faltar en nuestra lista esta extraordinaria película —que forma parte del catálogo de Canal 22— en la que Ingmar Bergman mezcla con maestría todos sus temas favoritos: la fantasía, los dramas familiares, la teología y el teatro. Su historia comienza precisamente durante la celebración de Navidad de los Ekdahl, una acomodada familia sueca. Durante esta festividad se dan a conocer los personajes, con todas sus pasiones y miedos. Luego la muerte de uno de ellos desencadenará un drama psicológico al puro estilo de Bergman.
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