Según venga el juego

Por: Rebeca Avila

Maria Wyeth tiene 31 años. Es actriz, casada y divorciada, madre de la pequeña Kate y esposa modelo de Beverly Hills. A Maria se le exige ser varias cosas a la vez y, al parecer, en todas ellas ha fallado. En medio de un ambiente de excesos durante la década de los 60, es que se contextualiza Según venga el juego, la novela publicada hace más de cuatro décadas — y que este año es relanzada por Random Hoause — escrita por Joan Didion, una de las autoras más prestigiosas y creadora de trasgresores discursos a lo largo de sus obras.

La revolucionaria feminista Kate Millett (fallecida el pasado 6 de septiembre en París), solía decir: "El amor ha sido el opio de las mujeres como la religión de las masas. Mientras nosotras amábamos, ellos gobernaban. Tal vez no se trate de que el amor en sí sea malo, sino de la manera en que se empleó para engatusar a la mujer y hacerla dependiente, en todos los sentidos. Entre seres libres es otra cosa".

Esas sutiles relaciones sentimentales de poder — sometimiento del hombre hacia mujer — , son puestas sobre la mesa en la novela de Didion, donde se muestra una dualidad en la que convergen el machismo y el libertinaje propios de los años 60. Quizá, el acercamiento de Didion al arquetipo de la mujer perfecta fue gracias a que sus primeros textos fueron publicados en la revista femenina Vogue.

Después de tener una vida tranquila y aparentemente acomodada en el estado de Nevada, Maria comienza un viaje en busca del éxito actoral y se muda a Nueva York, donde se verá seducida por el glamur y más que triunfar como intérprete, consigue trabajos como modelo.

Luego de un tiempo, de ser nadie pasa a ser la esposa de Carter Lang, un director de cine que siempre le hará sombra y terminará siendo sólo eso, la esposa de alguien. Nada anormal para la sociedad norteamericana de aquella década, donde la mujer aún jugaba un papel secundario, sin voz, muchas veces, en la toma de decisiones propias. Nuestra protagonista vive bajo el yugo de su marido, quien determina el rumbo de la vida y carrera de Maria, de la hija de cuatro años que tienen juntos e, incluso, de un posible hijo del que no es padre.

Por otro lado, el hedonismo hollywoodense y de la gente adinerada, seducen a Maria. Las drogas, el alcohol, las grandes y lujosas fiestas, el sexo fortuito — con desconocidos o no — y la despreocupación entorno a estos excesos, llevan a Maria a través de una montaña rusa de altos y bajos, del éxtasis a la depresión, de una relación romántica a un divorcio catastrófico, de la seguridad emocional a la autodestrucción.

Según venga el juego, un referente de literatura estadounidense contemporánea, retrata esas vicisitudes de ser mujer en un mundo donde las reglas la juzgan, no la favorecen. Una novela en la que se puede estar dentro del juego, pero el deseo de salir de él es delirante. Donde la escapatoria está en el encierro mismo.