Por: Roberto Dorantes

MANU CHAO, PERDIDO EN EL SIGLO

“Sometimes I dream about reality
Sometimes I feel so gone
Sometimes I dream about a wild wild world
Sometimes I feel so lonesome”

Manu Chao


En Francia, a finales de los 80, se formó una banda llamada Mano Negra, esta agrupación comenzó tocando en el metro de París y surgió de la necesidad que tenían sus integrantes de poder tocar diferentes géneros musicales en un sólo conjunto. Así fue como crearon un tipo de música mestiza a la que denominaron patchanka (pachanga), mismo nombre que llevaría su primer álbum. De esta manera, esta banda creó canciones que combinaban el punk, la salsa latinoamericana, el ska, el flamenco, el reggae roots, la música africana y otros géneros. Esta misma combinación de cosas que podrían parecer muy diferentes diferenciaría a Mano Negra de las demás agrupaciones del momento y marcaría el rumbo de cada uno de sus integrantes, pero sobre todo de su líder, un joven franco-español llamado Manu Chao.

El nombre completo de Manu Chao es José Manuel Arturo Tomás Chao Ortega, nació en Francia en 1961, hijo de un famoso escritor y periodista español. La familia de Manu emigró de España a Francia escapando de la dictadura franquista, se establecieron en un barrio de refugiados y allí fue donde el pequeño José Manuel comenzó a tener contacto con chilenos, argentinos, africanos, españoles y toda una comunidad de inmigrantes; además, debido a que su padre era un intelectual de la época, su casa siempre fue visitada por todo tipo de artistas: estos factores definirían en gran medida la música que posteriormente crearía.

La etapa de Manu Chao con Mano Negra fue muy fructífera, y aunque no era la primera ni la última banda en la que participaría, es sin duda en la que más creció. Con ellos hizo cosas fuera de serie, como hacer una gira en la bodega de un barco por Sudamérica o comprar un viejo tren en Colombia para ofrecer espectáculos gratuitos a comunidades de campesinos, narcotraficantes y guerrilleros. Manu era el líder y alma de Mano Negra y aunque cada integrante, entre los que se encontraban su hermano y primo, eran esenciales para la banda, era Manu el que escribía y componía gran parte las canciones, por ejemplo, Mala Vida, uno de sus temas más icónicos, el cual posteriormente también cantaría como solista.



Debido al agitado ritmo con el que se manejaba Mano Negra, su disolución fue inminente. Esto dejó a Manu a la deriva, creyendo que su camino como cantante había terminado, lo que lo llevó incluso a pensar en dedicarse al periodismo al igual que su padre. Sin embargo, debido a que él no podía mantenerse en un solo sitio ya que su naturaleza no se lo permitía, y ante el mal sabor que le dejó la disolución de su banda, decidió tomar su guitarra, su mochila, una grabadora portátil y escapar en un largo viaje hacia un lugar que le cautivaba y llamaba como ningún otro, un sitio que era aún más su hogar que su país natal: Latinoamérica.

De este viaje saldría Clandestino (1998), su primer álbum en solitario, el primero que llevaba de lleno su voz y sobre todo sus ideales y valores. En este disco reflejaba todo aquello que había visto en su viaje, en donde encontró muchas cosas, pero sobre todo injusticia.

El estilo de este disco es muy peculiar para la época, lleva un tono más relajado a comparación de Mano Negra, dejando de lado el punk para acercarse más al reggae. Aunque la mayor parte del disco está en español, también usa el inglés, el francés y el portugués ya que algo que define la música de Manu Chao es el uso natural del plurilingüismo, además inserta audios y sonidos no musicales de todo tipo, como fragmentos de noticiarios, películas, caricaturas o transmisiones de radio, mismos que fueron grabados por el mismo Manu Chao durante sus viajes.

Este álbum es una unidad, las canciones están conectadas y se puede oír de corrido sin problema, la canción que más sobresale es la misma que le da nombre al disco: Clandestino. Esta canción habla de la inmigración, retrata la situación de miles de personas que Manu conoció no sólo en los lugares que visitó, sino también en su propio país; su familia, sus amigos; aquellos “ilegales” que en busca de algo mejor se volvieron clandestinos, fantasmas de las ciudades, esos que llevan una vida prohibida.



El hecho de que las canciones de Manu Chao estén cantadas en muchos y diferentes idiomas, no es algo gratuito. La música de Manu es multicultural, si él canta en un idioma es porque ha convivido con su cultura y con su gente, tomando no sólo las cosas positivas que hay en cada lugar en el que está, sino también sus luchas, sus injusticias y tristezas, tratando de que a través de su música estas se hagan visibles. En Welcome to Tijuana, con una letra muy simple habla de la situación de la frontera al norte de nuestro país, para Manu Chao, las fronteras son una de las cosas más absurdas que pueden existir y, sin embargo, son los lugares más peculiares, donde más se lucha, donde más se sufre, pero también donde más se goza.



Hablado de México, al igual que con otros países sudamericanos y de Centroamérica, Manu ha tenido una relación muy estrecha. Sobra decir que en México el pueblo le quiere —a diferencia del gobierno, que incluso lo llegó a declarar persona no grata—, esto es debido a que se ha solidarizado muchas veces con las causas mexicanas, por ejemplo: apoyando en un inicio a la comunidad zapatista e incluso siendo portavoz de su causa, u oponiéndose abiertamente a la matanza de Atenco. Para México tiene muchas canciones, una de ellas es El Hoyo, una oda dedicada a la Ciudad de México.



En varias ocasiones, Manu Chao se ha posicionado en contra de la globalización, el consumismo y la forma en la que se hace la política en el mundo, mostrando su descontento en la forma del mercado. Y enfatizando sobre todo en el monstruo que es Estados Unidos, desde su política y su democracia, la cual para Manu, es una gran mentira. Para esto tenemos dos canciones, Mentira y Politik Kills.



Como hemos visto, los temas sociales y políticos son un lugar común en la música de Manu Chao, sin embargo, él tampoco se olvida del planeta. El cuidado de la naturaleza, de la tierra, de la Pachamama, es algo muy importante para él y la destrucción de la misma es algo que no duda plasmar y denunciar en sus canciones, como en Por el suelo.



Es claro que la protesta y denuncia de causas que considera justas es un enorme tópico en la música de este cantante, sin embargo, tampoco es todo lo que la engloba. El amor, la alegría, la felicidad, la esperanza, la fiesta, incluso el desamor son palabras que definen a Manu Chao y a sus canciones. Para esto, tenemos grandes temas como Me quedo contigo (Si me das a elegir), Mr Bobby, Me gustas tú, La despedida y la envolvente Merry Blues.



Hubo un momento en el que Manu Chao fue uno de los artistas más populares del mundo, encabezando festivales de música muy importantes como Lollapalooza o Coachella, incluso en una ocasión abarrotó el Zócalo del entonces Distrito Federal. Su importancia a nivel musical y social no está en duda, sin embargo y aunque no ha dejado de estar activo, poco se habla de él actualmente. Esto es muy entendible en un mundo en que la música y todos sus géneros se han diversificado enormemente, a pesar de esto, puede ser que la música de Manu Chao y sobre todo el mensaje de sus canciones sean lo que el mundo necesita ahora. Manu se encuentra en esa lista de artistas cuya música ha trascendido, aquellos cuyas intenciones de hacer un mundo mejor son reales, aquellos como Bob Marley, John Lennon o Roger Waters.

Esto definitivamente no sólo se queda en sus letras, este mes Manu cumple 59 años y pese al paso del tiempo sigue viviendo en carne propia cada una de sus canciones. Sin patria, aún viaja por todo el mundo, apoyando pequeñas causas que él mismo cree justas, no busca las cámaras, no busca la atención, desde sus redes sociales publica canciones que no comercializará jamás —incluso en tiempos de coronavirus—, vive sin disquera, sin grades giras, sin teléfono, austero, tocando en bares, en las calles, con sus amigos o con quien se encuentre, predicando la unidad, la destrucción de las fronteras, de la discriminación, del racismo, de la globalización. En su juventud fue un hombre que estuvo perdido en siglo que le toco nacer, ahora en su madurez también vive perdido, apartado, soñando, como dice una de sus canciones Otro mundo.