Por: Roberto Dorantes

GODUNOV, EL ZAR QUE NO QUERÍA SERLO

¿Cómo se llega a ser líder de una gran nación? Algunos dirían que con esfuerzo, dedicación, carisma o inteligencia, incluso con una combinación de todas estas virtudes. Otros dirían que esto es algo predestinado para unos pocos elegidos. Sin embargo, cada gran rey, emperador, presidente o gobernador que ha trascendido en las páginas de la historia ha forjado su camino a la cumbre de forma diferente y única, ya que en realidad no hay un sólo sendero ni existe fórmula alguna para llegar a la cima.

Para Boris Godunov, la manera en la que se convirtió en uno de los más grandes e icónicos zares que ha gobernado Rusia a lo largo de su historia fue bastante simple, él sólo estuvo en el momento y lugar indicados. Boris Fyodorovich Godunov gobernó Rusia como regente de 1587 a 1598, después de esto fue nombrado zar y siguió como máximo líder de este país hasta 1605, año en el que murió; de modo que Godunov estuvo al frente de uno de los más grandes imperios de su tiempo por casi 20 años. A pesar de esto, en un principio Godunov no buscaba ni pretendía ser gobernador de nada, es más, ni siquiera pertenecía a la familia real.

Boris era hijo de Fyodor Godunov, quien apenas era dueño de unas pocas tierras, sin embargo, cuando su padre murió quedó a cargo de su tío Dmitry Godunov, él fue la persona que lo enfiló en su camino hacia la grandeza, ya que su tío Dmitry sin ser parte de una familia destacada de Rusia logró llegar a la corte de Iván IV, mejor conocido como Iván el Terrible. De esta manera, con la ayuda de su tío, Boris comenzó su carrera siendo parte de una organización llamada Oprichnina, quienes eran una especie de fuerza policiaca que se encargaba de cuidar las espaldas de Iván el Terrible —algo así como una KGB de la edad media—.

Ya estando en este grupo, Boris comenzó a adquirir fuerza política, de la única forma que se hacía en esos tiempos, con el matrimonio, casándose con la hija de la mano derecha del zar y logrando casar a su hermana con el hijo menor del mismo Iván el Terrible. Así fue como el nombre Godunov fue haciéndose cada vez más presente en la realeza. Pero esto no significa que estaba en los planes de Boris llegar a ser zar, al contrario, él siempre prefirió mantenerse en segundo plano, aunque a su pesar, esto cambió cuando de forma inesperada Boris presenció una discusión que Iván el Terrible tuvo con su hijo Iván, el heredero al trono; pelea que acabó violentamente, cuando sin querer Iván mató a su hijo de un bastonazo.

Este hecho no sólo cambió la vida de Boris Godunov para siempre, sino que modificó el destino de Rusia. A partir de este hecho Godunov se volvió más cercano a Iván el Terrible y para el último año de vida del zar, él ya era de los principales miembros de la corte. Al morir Iván el Terrible, el cargo de zar fue para su hijo menor Fiódor —ese mismo que estaba casado con la hermana de Boris— quien en realidad no estaba en condiciones de gobernar nada, ya que tenía problemas físicos y mentales. Así, sin realmente pedirlo, y debido a la poca eficiencia de Fiódor, Godunov tuvo que convertirse en el jefe real de su país.

De esta forma fue cómo el nombre de Boris Godunov se colocó en las páginas de la historia. Sin embargo, al no ser parte de la realeza su gobierno no estuvo para nada exento del odio, la traición, la intriga, la venganza y todas aquellas cosas que explotan en los humanos cuando el poder está en juego.

Si quieres saber cómo lidió este hombre con un gobierno que no le pertenecía “por derecho” y que, a pesar de esto, fue enteramente de él, no te pierdas la primera temporada de la miniserie rusa Godunov, la cual, con una impecable ambientación muestra los pasos que tuvo que recorrer este icónico personaje, desde su ascenso al poder, hasta su persecución y decadencia. Esta serie se transmitirá todos los domingos, a partir del 12 de abril, a las 21:00 horas, a través de la señal de Canal 22.