Por: Arody Rangel

El rock-reggae de The Police

Era 1977, en Inglaterra, esa tierra tan prolífica para el rock, tres jóvenes músicos buscaban hacerse un lugar en la escena post punk. Sus nombres: Gordon Matthew Sumner, mejor conocido como Sting, Stewart Copeland y Henry Padovany; este power trio de bajo, batería y guitarra no prosperó hasta la salida de Padovany, quien fue reemplazado por Andy Summers, un guitarrista que ya contaba con una trayectoria musical, y así nació The Police.

Esta mítica agrupación recibió su nombre de Stewart Copeland, hijo de un agente de la CÍA, y fue gracias a la persistencia de su hermano Miles, mánager de la banda, que obtuvieron un sello discográfico y lanzaron su álbum debut. El encuentro de sus peculiares talentos, bagajes musicales, inquietudes e influencias resultaron en un sonido distintivo que refrescó la música de la época y cuyo magnetismo se expandió hasta el cono sur de la América. El nombre The Police refiere a una mezcla de punk, rock, reggae, ska y jazz que hizo escuela con tan sólo cinco discos y menos de una década de trayectoria.

En esta Pantalla sonora haremos un breve recorrido por la discografía de la agrupación que liderara Sting —quien, por cierto, cumple 68 años este 2 de octubre— para arribar a Latinoamérica, en donde grupos consagrados del rock iberoamericano absorbieron cual esponjas los influjos de The Police, algunos incluso cumplieron su deseo de juventud de tocar con sus ídolos del rock.


Reggae de blancos

Outlandos d’amour, el primer disco de The Police, fue lanzado en 1978, después de que varios de sus temas ya fueran tocados por la agrupación en sus presentaciones e incluso se lanzaran como sencillos, tal fue el caso de Roxanne, una de las más famosas de la agrupación y con la que Sting parece medir su permanencia en los escenarios: este hombre lleva una exitosa carrera solista y la pieza forma parte del repertorio de sus presentaciones, al respecto ha señalado que cantarla "es casi un ejercicio atlético, como el salto de altura: un día no llegaré y caeré".



El sello distintivo de The Police estuvo dado desde el primer disco, como atestiguan canciones como So lonely y Can't stand losing you. Su segundo álbum, Reggatta de blanc (1979), confirma desde el nombre que este trio conocía su esencia: lo suyo era un reggae de blancos, que lanzaron al mundo como un mensaje dentro de una botella.



The Police abrió la década de los 80 con Zenyattà Mondatta (1980), un disco más new wave con el que ganaron un segundo Grammy —el primero vino con Reggatta—. El álbum contiene éxitos como Do, Do, Do, Do, Da, Da, Da Da y Don't Stand So Close To Me. Y tal como parece mandar una extraña constante en las bandas de rock, The Police también tiene un disco considerado oscuro, se trata de Ghost In The Machine de 1981, el primero con un nombre en inglés, en el que el uso de sintetizadores es marcado y que contiene algunas letras de corte político.



El último disco, Synchronicity, también fue el que más tardaron en lanzar y con él cerraron su breve pero exitosa carrera; su éxito por excelencia, Every Breath You Take, se desprende de este material, en el que al tiempo que hay temas marcadamente new wave, también se siente un claro regreso a raíces como el jazz.




Outlandos D'Americas

The Police fue y continúa siendo una de las agrupaciones más influyentes del rock de las últimas décadas. En su momento de mayor éxito, por ejemplo, su innovador estilo rock-reggae alimentó directamente a dos bandas imprescindibles del rock iberoamericano: Soda Stereo y Os Paralamas do Sucesso. En el caso del power trio argentino, la influencia es palpable en su álbum debut Soda Stereo (1982).


Por su parte, para Los guardabarros del éxito —traducción del nombre en portugués—, el power trio brasileño, esta influencia se sintió con libertad hasta su segundo material O Passo do Lui (1984) —la disquera con que grabaron su álbum debut se entrometió demasiado en la creación de éste—.



En 1998, Andy Summers y Stewart Copeland acudieron a los talentos del rock latinoamericano para grabar un álbum tributo a su antigua banda. En los temas de este disco participaron Enrique Bunbury, Plastilina Mosh, Saúl Hernández y Los Pericos, por mencionar algunos. Pero la colaboración más destacada es Tráeme la noche con Gustavo Cerati y Summers —uno de sus ídolos de juventud—, se trata de una nueva versión de Bring On the Night para la que Cerati cambió el sentido de la letra original y modificó la música.